
Hoy vengo a desvelaros un secreto a voces. Algo que si sois sinceros, ya intuís: cuando se trata del carnet de conducir, ¡todo el mundo miente!
El Espejismo de la «Normalidad»
Siempre escuchamos las mismas historias: «Yo lo saqué a la primera», «Con diez clases ya estaba listo», «Es facilísimo, no te compliques». Y sin darnos cuenta, esas frases se convierten en una vara de medir invisible, una presión que nos hace sentir inferiores si no encajamos en ese molde.
Pero la verdad es que esa «normalidad» es un espejismo. Cada persona es un mundo, un aprendizaje diferente. Tus amigos, tu familia, tus conocidos… sus experiencias son ÚNICAS e intransferibles. Lo que les funcionó a ellos, lo que sintieron, sus desafíos, ¡no tienen por qué ser los tuyos!
La realidad, queridos alumnos, no tiene absolutamente nada que ver con lo que te han contado, lo que tú piensas que debería ser y lo que realmente es. Y ese desajuste es la raíz de mucha frustración.
Llevo mas de 30 años viendo como generaciones enteras se han sacado el carnet de conducir y creerme cuando os digo, que a nadie se lo han regalado, o que no se ha tenido que esforzar o implicar en el proceso de algún modo. El que dice que ha aprobado con 5 clases… en realidad ha dado 15 o más… el que dice que no ha leído el libro, en realidad se lo ha leído o explicado el profe, el que solo ha hecho 4 test… en realidad los ha hecho todos 4 veces.
Cuando las cosas salen bien en el examen, es gracias a ellos. En cambio cuando suspenden, es por culpa del examinador.
Seamos sinceros. Las cosas salen bien cuando sabes hacerlas, por muchos nervios que tengas. Cuando dominas algo, ese algo sale. Sin más. Dejemos de echar balones fuera.
La Confianza Nace de la Destreza
Aquí viene la parte más importante: los nervios. Esa sensación de nudo en el estómago, las manos sudorosas, la mente en blanco justo cuando más la necesitas. ¿Sabes lo que son los nervios? Simplemente la falta de confianza en ti mismo. Y esa falta de confianza, en la mayoría de los casos, viene de la falta de destreza.
Muchos caéis en la trampa de querer escatimar unas pocas clases, creyendo que así os ahorráis unos euros. Pero lo que no veis es que, al compararos con los que dicen que lo sacaron con dos duros, acabáis pagando una primada enorme. ¿Cómo? Con más clases de refuerzo después de suspender, con la frustración, y con un aprendizaje deficiente que os acompañará mucho tiempo.
Como os decía, y esto lo afirmaba el mismísimo Dr. House: ¡TODOS MIENTEN! Asi que… No te compares. Tu proceso es personal, intransferible y valioso tal cual es.
Tu Formación es tu Inversión: No te Conformes con Menos
Estás pagando por aprender. Punto. No es un gasto, es una inversión en tu seguridad, en tu independencia y en tu futuro al volante. Por eso, mi consejo más valioso es este:
No te conformes con cualquier cosa.
Los cimientos que forjes junto con tu profesor, en cada clase, serán la base fundamental de tu destreza, tu seguridad y tu confianza al volante para el resto de tu vida en la carretera.»
Así que, elige bien a tu profesor. Busca a alguien que entienda, que cada alumno es diferente, que no aplica fórmulas mágicas, que se preocupe por tu desarrollo personal, tanto como por tus habilidades al volante. Alguien que te ayude a superar tus miedos, a construir tu confianza y a entender que el éxito no es no cometer errores, sino aprender de ellos y seguir adelante.
Tu carnet es el inicio de una nueva etapa en la vida, con nuevas aventuras. No es una carrera de velocidad, sino de fondo.
